En la fotografía podemos observar una niña muy risueña, de
unos 2 años de edad, con cara de soñadora. Su cara lo dice todo, su infancia es
muy feliz, su mama le da mucho cariño y está claro que no le falta de nada. Su
sonrisa nos muestra que ha crecido rodeada de gente que le quiere, dándole
cariño, por eso tendrá una actitud positiva ante la vida, que podrá con todo.
A medida que va creciendo, en su adolescencia se va
encontrando con obstáculos pero también va proponiéndose metas, soñando con
diferentes cosas que quiere conseguir y su mirada nos muestra que no hay nada
que se proponga que no pueda conseguir si de verdad lo quiere, por muchas
dificultades que tenga en el camino.
Sobre todo tenía un sueño, poder ir a la universidad y
estudiar lo que siempre había querido. Y aunque muchos le dijeran que eso no
era para ella, esta niña tan risueña consiguió ir a la universidad y estudiar
lo que le gustaba, no hizo caso y siguió fiel a lo que ella quería, porque
sabía que lo conseguiría, así que se esforzó durante los años de universidad.
Finalmente, y como no podía ser de otra forma, logró
terminar la carrera satisfactoriamente, y bueno…las cosas no estaban muy bien
de trabajo en ese momento. Pero sus ojos siguen mostrando que no se iba a
rendir tan fácilmente, así que no se dio por vencida y siguió persiguiendo sus
sueños.
Hoy tiene una entrevista en un colegio y…la han contratado!
Ahí está esa niña, ya adulta, enfrente de una clase llena de niños. Lo había
conseguido, algo que ella, en el fondo, siempre había sabido y que logró
gracias a la confianza que tenía en sí misma sin darse por vencida jamás.
Seguirá muchos años haciendo realidad su sueño y
trasmitiendo a muchos niños esas ganas de superarse a sí mismo, de vencer los
obstáculos y de no rendirse, enseñándoles una cosa muy importante, y es que
todo lo que te propongas se puede conseguir y no hay que dejar de luchar por
ello.